By HeTaLia-faNz |
Escaleras mecánicas se cruzan. Celestes y plateados. Cuidado, si miras al costado te caes. Los escalones, los dientes de metales afilados. Suben. Subo. Cuidado, porque si te mueves, huelen, los dientes se incrustan. No se puede. Las piernas flojas. La garganta angosta. Una fuga. Veo a Tomy con traje. Alivio.
Ahora en el tren. Estoy con alguien. No importa. En la vereda, una persona que me une. Hablamos con distancia. El tren, paso lento. El tren, paso fuerte. No puedo despedirme. Velocidad. ¿Papá? La persona en la vereda se hace chiquita. Hasta pronto con la mano. Llanto gutural. Pero en el tren, un mirador. Tomy llega sudado en bicicleta. Nos sentamos de espaldas. El sol, el paisaje conocido. Acaricio la panza. No. Es oscuro en la cara. Empuña una pistola pequeña. No sé quién es. Le doblo el brazo, no suelta el arma. Retuerzo su muñeca, disparo. El hombre igual se levanta. ¡Samanta, abriendo un poco los ojos, el hombre se va! No hago caso. Y regresa Tomy. Está sentado en algo, un pupitre. Me siento también. Vuelvo a estar a salvo. Hasta la próxima pesadilla.
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