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Tercer trimestre: Papá, donde quieras que estés

El cielo de Madrid, soleado, se resiste a dejar que el otoño cubra de abrigos los hogares. Una pareja muy amiga que vive en Paris nos acompaña unos días. Nos estamos preparando para salir a pasear. Suena el teléfono. El marido se encarga del llamado. En casa es muy raro que suene el teléfono. Una corriente eléctrica circula por mi espalda. A los minutos no se oye nada más. El marido viene, me abraza con los ojos enrojecidos. Hoy es 23 de octubre de 2010 y Buenos Aires queda más lejos que nunca.
  
Papá, donde estés, prefiero imaginarte a mi modo. Recordar tiene precio y no se puede andar picando cebollas en cualquier lugar. Imaginar como lo que sé que eras detrás del escudo de tu piel. Libre de la soga que inmovilizaba lo más hermoso de vos, lo que se veía al mirarte a los ojos. Con sonrisa y felicidad, ahora, sin culpa, de la mano de mamá lista para acompañarte hasta el final de la nueva etapa. 
Verte derrochando inteligencia, la que ninguna de tus hijas heredamos, porque fuiste brillante sin escuela. Todo lo aprendiste solo con un nivel de perfección que unos pocos tienen. Y dibujarte sin el peso de tu cuerpo al que te costaba acarrear, tal vez, porque la responsabilidad puede ser una penitencia y ceder a las vueltas de la vida, un duelo eterno. 
Sé que nos amaste sin saber bien cómo, pero ahora tu amor ilumina, junto con el de mamá, cada rinconcito de cualquier lugar por el que las tres de tus hijas y nietas pasamos. 
Hoy no tengo dudas de que Dios existe y de que les ha dado la función a mamá y a vos de ser nuestros ángeles de la guarda. 
Y te perdono si sentís la necesidad. Y me perdono por no haber sabido esto antes. Por mi defecto a necesitarte como padre sin darme cuenta de que no importa la edad que se tenga, un niño siempre duerme dentro y necesita un abrazo fuerte-fuerte incluso de un hijo. 
Papá, ya no importan tantas cosas. Solo quiero imaginar un nuevo recuerdo. Algo que existió y no supimos vivir. 
Estás en mí, en mis hermanas, en tus nietas. Por siempre.

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