Después, la duda, el miedo de que regrese y saber que no hay sitio donde esconderse, porque yo soy el lugar de las revelaciones.
El día que el cielo sacude la tierra por donde camino, el día que la cama no me deja, ese día sé que no hay ningún prototipo aún meciéndose entre las caderas.
10.30. Me levanto arrastrando el cuerpo modelo 74. El pijamas es el pellejo que recubre mi organismo. ¿Llueve? Miro por la ventana. Llueve pero hay sol sin nubes.
11.00. En el cuarto de baños. Apoyo las manos sobre el lavabo y el peso del cuerpo. Los dedos se están hinchando. Las venas suben y bajan. Las manos crecen. Me miro en el espejo. Desesperada marco el 2 sostenido del móvil y dejo un mensaje, más bien una advertencia y al mismo tiempo, una señal de auxilio en una palabra: Hulk.
El móvil cae al piso.
La piel se pone verde, los ojos amarillos y la explosión muscular rompe el pijama. Soy una bola verde enfurecida de dos o tres metros sin sexo ni excusas. Una máquina demoledora con deseos de aniquilar al paso.
Rujo, doy un puñetazo al espejo, tiro las puertas abajo al andar, parto la cama al doblarla al medio como si fuera una hoja. Rujo otra vez para que tiemble el edificio.
Cuando salgo a la calle, arranco los árboles de cuajo, revoleo los autos que tocan bocinas innecesarias, pisoteo lo que no me gusta y desaparezco corriendo con una gran pena cuando los agentes disparan con balas de realidad.
El gigante verde, después de haberme absorbido por completo de adentro hacia fuera, me deja tirada vistiendo jirones. Desaparece, quién sabe si, hasta el próximo mes.
19.30. Viene el cuerpo de rescate y me devuelve a casa piltrafa y salva, lo único que podría romper de ahí en más sería en llanto.
6 días de infierno entre comillas. 6 días de fracasos y desdicha. 6 días aproximados. 6.
Después, volver a empezar.
3 comentarios:
Hola, gracias por la invitación... empiezo por este blog porque el tema me interesa.
Tengo en mi familia un caso similar al tuyo, que ya lleva bastante sin resolverse y, por otro lado tengo varias amigas (tengo amigas mucho más jóvenes que yo)que pasaron por lo mismo y ahora tienen sus hijos o sus embarazos perfectamente encaminados.
El único consejo que me animo darte es el de que busques referencias de los médicos con los que te vas a tratar. Casi todas mis amigas han tenido pésimas experiencias en manos de "charlatanes de la medicina" que, como dice mi querido Serrat, juegan con cosas que no tienen repuesto.
Te dejo un beso y te sigo.
Pero qué interesante lo suyo eh. Me gusta cómo dice las cosas.
Volveré.
Un saludo.
Gracias Soledad. Si tienes uno para recomendarme, soy toda oídos. De momento, me da la impresión de que no tengo un medico involucrado en la materia.
Yoni, pues, aquí estaré. Gracias por la visita.
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